Comunicatedigital.com / Guillermo Vega M.
Foto: ESPECIAL
El torero Ernesto Javier Calita tras cortar una oreja, fue el solitario triunfador de la segunda corrida de reactivación en la plaza de Toros el Relicario la cual registró una noche fría y una muy baja entrada por abajo del cuarto de plaza.
Cabe menciona que su alternantes Diego Silveti y Luis David Adame fallaron con el acero y solo recibieron palmas.
La oreja del triunfo se dio en el segundo toro de su lote de la ganadería de Real de Saltillo, con un toro muy entregado le permitió dejarle la muleta en la cara, lo pasó en aceptables muletazos sobre la derecha, aprovechó la situación para estructurar una faena de muletazos vistosos, pero sobre todo meritorios que, después de un pinchazo y una estocada le mereció el trofeo que solicitó el público.
En su primer toro que solo recibió aplausos había sido malo, orientado siempre, con medias embestidas y buscando prender a Ernesto, quien sin embargo se defendió con oficio.
Diego Silveti que no tuvo una buena noche estuvo toreándolo para ejecutar unos doblones para tratar de sujetarlo y luego dio algunos muletazos dibujados de los que se escapaba el toro siendo el trasteo disperso por todo el ruedo. A la Hora de matar tuvo un espadazo Tendido, pero no doblo el burel para poder acabar con al espada de descabello en el segundo intento donde escucho palmas.
El primero de su lote también fue el toro más noble y con clase de la corrida, aunque al final se fue a tablas, sin embargo, entre pelearle ahí en esos terrenos y obligarlo a ir a los medios para evitar su querencia, Silveti ejecutó muletazos de artístico trazo, destacando sobre todo los cambiados de mano, siempre de mano baja y figura erguida.
Luis David Adame también que no corrió con la misma suerte con su toro poco se dejó ver en el saludo capotero si acaso se rescatan las chicuelinas del quite, terminó su faena de un pinchazo y estocada caída, y le sonaron las palmas.
en su segundo el panorama mejoraría, pues de todo su toro fue el más emotivo y con recorrido.
Solo que le gustó poco el gusto a David porque el astado se le acabó el buen fondo, sin embargo, cuando pudo lo aprovechó. La espada también le privó del triunfo, sin embargo, la gente se lo reconoció.