
Comunicatedigital.com / Guillermo Vega M.
Foto: SAINOS
El diestro hidrocálido Arturo Saldivar con un par de orejas en el primer toro de su lote fue el absoluto ganador de la corrida Guadalupana en la Plaza de Toros el Relicario loa cual registro un cuarto de plaza, en el cual el festejo inicio 20 minutos después debido a que se hizo una procesión con motivo de los festejos guadalupanos donde también el rudo fue adornado con una imagen de la virgen de Guadalupe con aserrín la cual estuvo presente durante toda la corrida.
Ya en lo que fue el toro que le dio a Salidvar el par de apéndices de la ganadería de Coroneo lo estuvo citando con lances a pies juntos, luego del puyazo y las banderillas, la faena con la muleta Arturo Saldivar lo estuvo toreando al natural.
Inició con dos cambiados por la espalda seguidos de series sobre la diestra, lo siguió toreando por un péndulo, muletazos por alto y remate, luego lo cito por muletazo de trasteo y remato con la dosantina, continuo la lidia del burel faena cerrada con manoletinas y culminada de estocada entera la cual le valieron las 2 únicas orejas en el festejo.
En su segundo toro de la afamada ganadería de Barralva, el toro clavo los pitones y que da una maroma en el ruedo, pero como al toro se le doblo el cuello con su peso, no lucio como se esperaba y por eso Arturo Saldivar anunció un toto de regalo.
Con el de regalo de la ganadería de Coroneo, estuvo toreándolo con naturales pero le fallo el estoque y con eso dio por concluida su participación en el festejo.
En cuanto a José Mauricio que le salieron mal los 2 toros de su lote, se decidió a regalar un toro que fue el que cerró plaza lo empezó a torear por navarras Animoso fue su trasteo iniciado con un cambiado e ir subiendo de tono hasta que se empezó a rajar el de Barralva lo mató de pinchazo arriba y gran estocada siendo llamado a recorrer el ruedo.
Ante su primer toro torearlo de pitón a pitón con eficacia. Dejó hábilmente estocada entera que no hizo efecto, sonó un aviso antes de acertar a la primera con la espada corta, el toro fue pitado en el arrastre y el torero escuchó palmas.
En el segundo de su lote el diestro capitalino logro muletazos meritorios jugándose en serio el físico; se había hecho acreedor a algún premio, aunque se le escapó con el acero escuchando un aviso.
Fermín Rivera por su parte toreo con esfuerzo su 2 bureles que le asignaron en el primero desacompasado y deslucido, poco le permitió hacer, estrellándose la voluntad del torero ante esas condiciones además pinchó varias veces, vino un aviso antes de la estocada definitiva y se retiró en silencio.
Para su segundo toro consiguió los mejores muletazos al natural, que se movió, pero sin estilo, en tanto el toro se empezó a escupir de la tela de modo que terminó su labor cerca de tablas con medio espadazo tendido para que le sonaran las palmas.